lunes, 4 de agosto de 2008

Monseñor Enrique Angelelli 1976 - 4 de agosto - 2008


Obispo de la Iglesia Católica, Enrique Ángel Angelelli nació el 17 de junio de 1923. Ofrendó su vida al servicio de los más humildes, su lema "Con un oído puesto en el Evangelio y otro en el pueblo", concitó el odio de las clases conservadoras que lo tildaron de "comunista". El 4 de agosto de 1976, a principios de la dictadura militar, fue asesinado, fraguándose el atentado en un accidente de tránsito, pero sigue vivo en quienes denuncian la desocupación, la pobreza, la explotación, convencidos de que “callarse es convertirse en cómplice”.
…“No podemos seguir declamando que existe hambre en el mundo, ni teorizar acerca de la falta de educación, ni insistir en que hay hermanos que no tienen techo. No: hay que buscar darles el techo, el pan, el trabajo, la salud, la cultura, para permitirles ser seres humanos como Dios manda”.
Entrevistado por un periodista de Buenos Aires, Angelelli declara: “Me acusan de ser un obispo rojo, marxista, de extrema izquierda. De llevar a la Iglesia por caminos tortuosos y no por los verdaderos caminos del Evangelio. Quienes dicen esto están desconociendo la naturaleza de la Iglesia y la profundidad de los problemas que vive la comunidad riojana. El hombre concreto de hoy es aquel que no tiene casa y entonces tiene que emigrar, aquel que padece Chagas, aquel a quien no le alcanzan los pesos para vivir y no tiene más trabajo que el empleo público. Es el hombre que no tiene tierra por la estructura del minifundio y del latifundio, aquel que ve que la poca agua que hay está mal administrada y mal repartida. Es el chico que tiene que ir a clase haciendo leguas y leguas en burro, o el que no da más porque tiene hambre. Es el porcentaje alarmante de mortalidad infantil y de problemas de salud. Ése es el hombre concreto y yo no puedo ir a predicarle la resignación. Dios no quiere hombres resignados. Si la Iglesia pretende ser fiel al Evangelio, debe jugarse hasta las últimas consecuencias. Cristo nos da el ejemplo. El suyo no fue un camino de rosas: lo mataron en nombre del orden establecido. (Fragmento de entrevista a Enrique Angelelli, publicada en Revista Crisis Nº 13 de 1974)

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