Quiero compartir con todos, esto que escribió JOSE PABLO FEINMANN sobre que es un militante:
Un militante cree en la solidaridad social. No es un "individuo" en el pobre sentido
que del individuo tiene el liberalismo burgués. Sabe que su individualidad se realiza en el grupo. Su incorporación al trabajo, a la producción, a su grupo de pertenencia, a su clase social, lo incorpora a la solidaridad, al compañerismo, a la amistad sincera. Para decirlo claro: lo humaniza. Un militante es un ser en constante proceso de humanización. Su militancia lo hará mejor padre, mejor hombre de su mujer, mejor amigo de sus amigos. Sabe que habita este mundo para luchar junto a los demás, no para usarlos.
El militante respeta el trabajo. No porque sea un sometido, sino, porque sabe que en el trabajo está su poder, su organizatividad y el sentido final de su militancia: la justicia social. Y también porque sabe que por fuera del trabajo, no sólo está la miseria económica, sino la otra: la social y la humana. La que hará de él un apartado, un egoísta, un resentido y hasta un delincuente.
El militante, cree en una verdad que lo trasciende y da sentido a su vida.
Esta verdad es su ideología, la ideología que comparte con sus compañeros y expresa su lucidez.
La ideología que hace de él un sujeto y no un objeto de la historia.
La ha amasado, a esta ideología, durante años, la ha padecido, la ha cuestionado, la ha asumido cotidianamente. Porque cotidianamente intentan quitársela, se la oscurecen y deforman desde las pantallas de la TV o desde las radios. Aparecen allí, frente a él, en su hogar, hombres cultivados, con buenos modales, racionales hasta el asombro y vértigo, implacables, que le dicen que no, que está equivocado, que todo está bien, o que todo está mal, pero que, en todo caso, nada está como él cree.
¿Cómo lucha contra toda esa insidiosa verborragia? Hablando con sus compañeros. Buscando la verdad donde está: en el grupo. Porque cuando los militantes son esto, militantes, y están unidos por sus intereses comunes, la verdad es una tenaz corriente eléctrica que los recorre y los une aniquilando el discurso del enemigo.
Porque es cierto (según postula un diabólico axioma del pensamiento autoritario) que mil repeticiones hacen una verdad. Pero no es menos cierto que mil repeticiones pueden también aburrir, transformarse en un sonido apenas desagradable y persistente. En suma inaudible.
El militante es un hombre que tiene una razón para vivir. Y más también. Cierta vez dijo Camas " Una razón para vivir es una razón para morir”. El militante, en efecto, puede llegar a morir por su causa. Pero en Argentina - hoy a esta altura de nuestra experiencia y de nuestro dolor- habrá que afirmar tenazmente que el momento más alto de realización de un militante es su vida (cualquiera de los infinitos actos en que su militancia lo ha comprometido) y no su muerte.
La deshumanización acecha también al militante. Puede transformar su ideología en dogma, en obstinación y autoritarismo. Puede creerse más heroico. Puede confundir el desprecio por la vida con el coraje. Puede enajenarse en su lucha. Puede olvidar las pequeñas cosas en nombre de los grandes ideales. Puede olvidar que los grandes ideales se persiguen y se conquistan para posibilitar las pequeñas cosas. Puede llegar a considerarse sólo el eficaz cuadro de una organización. Y hasta puede llegar al extravío de exigir también eso de los demás.
Puede llegar a realizar esta frase de Brecht: " Nosotros que nos unimos para luchar por la amistad entre los hombres, no supimos ser amigos”.
El viejo problema de los medios y los fines se agitan detrás de éstas ideas.
Pero si la militancia ha de servir para humanizar al militante, los fines deberán estar presentes en todos los medios. Porque el militante está vivo hoy, y es hoy, en cada uno de los actos que realiza para conquistar una sociedad más justa, donde están enteramente en juego su humanización o su envilecimiento.
6 comentarios:
esta fino ese aporte. Gracias.
Voló muy alto feiman... Según la real academia española militante es defender una ideología. Y nada más y nada menos que eso. Luego dependerá de cual ideología se defiende para entender como se humanizara una persona.
No hay que olvidar que en 1933 en alemania el clima de militancia era el mas alto de la historia. Y pocos años después el resultado fue el menos humano que jamás pudo haberse imaginado.
me gusto mucho che y pienso en todo lo bueno que aprendi y conoci atravez de la militancia espero ser un buen ejemplo de ciudadano y poder transmitirlo correctamente y llegar a ser util para la sociedad y mi pueblo..^_^
Pedro esta en lo correcto y Feinman dijo lo que pensaba, que no tiene nada que ver con el termino Militancia.
Militancia es adhesion a una "ideologia" y no a una "idea". Por lo tanto encierra todos los peligros de la deshumanizacion que sufren las personas que delegan el sentido comun, que es la principal atribucion del ser humano como persona individual en un lider iluminado, o un grupo, que le dice lo que esta bien y lo que esta mal. Y la verdad pasa a distorsionarse y a convertirse en lo que el grupo sostiene en lugar de la realidad. En resumen, muy lindas palabras, pero muy lejos de los hechos. Que siempre terminan en discriminacion de los que piensan distinto (que se asume que estan equivocados sin ningun analisis porque son el "enemigo") El mejor ejemplo es el que planteo Pedro. La Alemania NAZI donde o eras militante o ....
Un capo feisman!.. Excelente informe!..
un capo feisman!.. excelente!
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